Que ver en Bath

Después de una intensa mañana visitando la Catedral de Salisbury y Stonehenge. Ponemos rumbo a Bath, ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y mundialmente conocida por sus aguas termales.

estamos en Bath!!

Lo primero es ir a dejar las maletas en el hotel. Esta noche vamos a dormir en el Premier Inn Bath City Centre, muy céntrico, aunque con un inconveniente, no dispone de parking propio. Dejamos el coche “temporalmente” estacionado en la puerta del alojamiento y entramos a hacer el Check-in. Al subir a dejar las cosas, comprobamos que las habitaciones están bastante frías y parece haber un problema con la calefacción. Lo comentamos en recepción y nos dicen que no nos preocupemos, que van a intentar solucionarlo, y sino nos cambian las habitaciones. No parece que vayamos a tener ningún problema así que nos vamos a dejar el coche en un parking cercano (es prácticamente imposible encontrar nada en la calle sin pagar. Nosotros os recomendamos 'Southgate Bath Car Park', aunque podéis ver todas las opciones en la web de la ciudad) y nos disponemos a conocer la ciudad.

Nuestra primera visita será la Abadía, construida en 1499 en estilo gótico. Lo más curioso de este edificio se encuentra en su fachada principal, donde a ambos lados de la puerta podemos encontrar dos escaleras con ángeles subiendo y bajando. Se trata de una representación de la escalera de Jacob que se menciona en el libro del Génesis.

Entrar en el interior es gratis, aunque también se puede hacer un tour guiado a la torre, donde por £6 puedes subir los 212 escalones hasta la azotea para disfrutar de una vista panorámica de la ciudad. Nosotros, por no coincidir con los horarios de las visitas guiadas, nos conformamos con disfrutar del interior por nuestra cuenta.

Abadía de Bath

Situado muy cerca de la Abadía, en el edificio anexo a las termas, encontramos "The Pump Rooms", uno de los restaurantes más elegantes y exclusivos de la ciudad, donde, si tu presupuesto te lo permite, puedes darte el gusto de tomar el típico "té de la tarde" servido en un ambiente de lujo y bajo las lámparas de araña. Si no es así, siempre puedes simplemente acercarte a probar las aguas termales de la Fuente del Rey. Esta rica agua mineral se ha utilizado con fines curativos y médicos durante más de 2.000 años. Con 43 minerales diferentes al parecer es la cura para todo tipo de enfermedades, aunque nadie lo diría por su sabor...

The Pump Rooms

Y por fin nos dirigimos a la "atracción" más conocida en Bath: sus espectaculares termas romanas!! La entrada a los Baños romanos esta ubicada en el edificio a la derecha de la Abadía. La entrada cuesta £15 libras e incluye una audio guía en castellano con la que descubrir este magnífico complejo. 

Durante el recorrido visitamos varias salas donde se ubica el "museo" y donde se pueden examinar distintas piezas de la época romana, vídeos que muestran como se vivía en la época, mapas, mosaicos y todo tipo de restos arqueológicos. También se puede ver el lugar de donde brota el agua termal.

Termas romanas, Bath

Aunque sin duda, la zona más interesante es "el baño central", una piscina rectangular de 1,6 de profundidad, llena del agua caliente y rodeada de una espectacular galería porticada. Las mejores vistas de la misma se obtienen subiendo al piso superior, desde la terraza que lo rodea. Desde aquí se tiene una gran panorámica de todo el conjunto con la Abadía de fondo. Espectacular!!

Termas romanas, Bath

Cuando salimos del complejo ya es bastante tarde (al menos para los horarios de UK donde a las 6p.m ya esta todo cerrado...) por lo que simplemente nos dedicamos a pasear por el centro de la ciudad.

Nos acercamos hasta el Puente de Pulteney, que junto con el Ponte Vecchio de Florencia, es uno de los puentes más bellos de Europa. Y al igual que el Ponte Vecchio es uno de los pocos puentes cubiertos en cuyo interior se pueden encontrar multitud de tiendas. Fue construido  por William Pulteney con la intención de conectar el centro de la ciudad con la otra orilla del río Avon (hasta entonces solo accesible por ferry). Y, a día de hoy, es uno de los puntos más fotografiados de Bath… así que sí! Lo habéis adivinado!! Toca… sesión de fotopostureo!!

puente de Pulteney

Es hora de volver al hotel. Al llegar comprobamos que ya nos han solucionado el tema de la calefacción y se está de lo más agradable en la habitación (un 10 para la cadena Premier Inn!!). Descansamos un ratito y volvemos a la calle a buscar un sitio donde tomar unas pintas y cenar.

Optamos por entrar en ‘The Raven of Bath’ un pub tradicional con muchísimo ambiente, de hecho nos costó encontrar una mesa para sentarnos… El sitio está especializado en los típicos “pies”, una especie de tarta salada con distintos rellenos, los más frecuentes son de pollo con champiñones (chicken and mushroom), ternera y riñones (steak and kidney) y ternera a la cerveza (steak and ale). Aunque aquí podéis encontrar variedades para todos los gustos. Además se sirven acompañadas de ‘gravy’ (salsa) y de puré de patatas o patatas fritas (mejor elegir puré de patatas). A primera vista, pueden no resultar muy apetitosas, pero podemos asegurar que están bueníiiiiisimas. Y más acompañado de una “Real Ale”(cervezas artesanales) o una rica sidra!!.

‘The Raven of Bath’

Un pequeño paseo nocturno para bajar la cena y a dormir!!! Hoy ha sido un día de lo más completo, aunque antes de adentrarnos en la campiña inglesa aún pasaremos unas horas del día siguiente en Bath. Así que esto aún no ha terminado!!

A la mañana siguiente comenzamos la jornada probando los deliciosos Bath Buns (bollitos muy tierno, con pasas por encima y azúcar espolvoreada y que dicen, eran, los bollos favorito de Jane Austen) Los más famosos son los Sally Lunn buns, pero está vez nos conformamos con entrar en la cafetería "The Courtyard Cafe", entre otras cosas porque era de los pocos sitios abiertos a las 9 a.m, la mayoría de los cafés no abren hasta las 10 am.

Bath Buns

Después de un buen desayuno, nos acercamos a visitar Royal Crescent, sin lugar a dudas, uno de los mejores ejemplos de arquitectura georgiana que se conservan. Construido en la década de 1770, no han cambiado mucho desde entonces.

Royal Crescent

Las 30 casas pareadas que se distribuyen en forma de media luna, fueron diseñadas por el arquitecto John Wood y aunque hoy en día, la mayoría son propiedad privada, aún se puede visitar el interior de una de ellas. En concreto, el nº1 de Royal Crescent, reconvertido en un museo que reproduce a la perfección como era la vida de los ricos y sus sirvientes en el siglo XVIII.

Ya en la misma entrada te recibe “el dueño” vestido de época para explicarte como realizar la visita. Está todo muy bien organizado, en cada sala tienes papeles informativos disponibles y  puedes encontrar una persona que te explicará gustosamente todo tipo de curiosidades sobre la época y te resolverá cualquier duda que tengas. 

Una vez dentro, primero se visitan las salas de los señores (desde la planta baja hasta las dormitorios, en el piso superior, subiendo por la escalera principal). Aquí cada habitación es un exquisito ejemplo de diseño de interiores de estilo georgiano, con auténticos muebles, pinturas, alfombras… todo muy bien ambientado, incluso en el comedor está la mesa puesta!!

nº1 de Royal Crescent

Y después se baja por la escalera de servicio, que comunican con la cocina y la zona de sirvientes. Se puede ver la sala del ama de llaves y el Salón de los criados, así como la cocina original y el lavadero. Por cierto, en la cocina resulta muy curioso el mecanismo que utilizaban para darle vueltas al asado… no tiene desperdicio!!

nº1 de Royal Crescent

No muy lejos de Royal Crescent hay una serie de edificios a los que se conoce como "The Circus". Fueron diseñados por el padre de John Wood. De un diseño similar, el circo contiene tres segmentos de casas, cada una de igual longitud, formando un círculo.

The Circus, Bath

Ahora ya si, con todos los “deberes” hechos, abandonamos Bath para adentrarnos en “los Cotswolds”. Algunos de los pueblos más bonitos de Inglaterra nos esperan!! No os perdáis el próximo post!!